Cómo implementar una metodología para identificar las "Joyas de la corona" de la información empresarial
Teniendo en cuenta el entorno empresarial moderno en donde los riesgos de ciberseguridad varían y aumentan con bastante rapidez, resulta imperativo para toda empresa u organización hoy en día el proteger su información crítica y que esto sea una práctica prioritaria, planeada como parte de sus estrategias como negocio.
Pero, ¿qué tipo de información se debe proteger? Al hacer un análisis sobre la sensibilidad de los datos, nos encontramos comúnmente con que algunas piezas de información son más valiosas que otras, y estas “Joyas de la Corona” —aquellos activos más sensibles y esenciales para el funcionamiento, seguridad y reputación de una empresa— requieren un enfoque de seguridad robusto.
Implementar una metodología que identifique estas Joyas de la Corona no solo es necesario para cumplir con normativas y evitar riesgos financieros, sino también para garantizar la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información crítica.
A continuación, exploraremos cómo desarrollar una metodología que no sólo evalúe la sensibilidad de los datos, sino que también tenga en cuenta la integridad y disponibilidad como criterios clave para determinar los activos más críticos.
Una metodología para identificar eficazmente: paso a paso
1. Definir el marco de evaluación
El primer paso para implementar una metodología eficaz es definir un marco claro para la evaluación de los activos de información. Este marco debe incluir tres dimensiones esenciales de la seguridad de la información: Confidencialidad, Integridad y Disponibilidad (el conocido triángulo de la seguridad C-I-A). Cada una de estas dimensiones aborda un aspecto fundamental de la protección de los datos:
- Confidencialidad: Garantiza que la información solo esté accesible a las personas autorizadas. Evalúa la sensibilidad de la información, es decir, qué tan dañina sería su divulgación.
- Integridad: Asegura que la información se mantenga precisa y completa, protegiéndola de alteraciones no autorizadas.
- Disponibilidad: Garantiza que los datos estén accesibles cuando se les necesite, sin interrupciones.
Estas tres dimensiones permitirán establecer una metodología sólida que identifique cuáles activos son más críticos para la organización y cómo deben ser protegidos.
2. Evaluar el nivel de sensibilidad que tienen los datos (confidencialidad)
El componente de confidencialidad en esta metodología tiene que ver con qué tan sensible es la información que manejamos. Para determinar esto, es necesario analizar qué impactos causaría la posible filtración o acceso no autorizado de esta misma. Para ello, es fundamental evaluar el impacto en función de cuatro criterios:
- Impacto regulatorio: ¿Los datos están sujetos a normativas legales como el RGPD, la Ley de Protección de Datos Personales o cualquier otra regulación aplicable? Si la filtración de esta información pudiera resultar en sanciones o multas severas, se consideraría de alta confidencialidad.
- Impacto financiero: ¿Qué pérdidas económicas tendría la empresa si la información fuera comprometida? Esto incluye pérdidas directas, como multas o demandas, e indirectas, como pérdida de oportunidades comerciales.
- Impacto operativo: ¿Podría detener o ralentizar operaciones clave si los datos son filtrados o comprometidos?
- Impacto reputacional: ¿Cómo afectaría la percepción pública de la empresa si estos datos fueran expuestos? ¿Podría provocar una pérdida de confianza entre clientes, socios o accionistas?
Los documentos que representan los mayores riesgos en estas áreas son más probables de ser clasificados como confidenciales o secretos, siendo entonces las "Joyas de la Corona" de las que hablábamos y, por tanto, deben recibir la protección más estricta en términos de confidencialidad.
3. Evaluar la Integridad de los datos
El segundo paso en esta metodología es evaluar la integridad de los datos. La integridad es crucial para garantizar que la información sea confiable y esté libre de manipulaciones no autorizadas.
Para evaluar la integridad, debemos considerar:
- El impacto de la modificación o corrupción de datos: ¿Qué ocurriría si la información fuera alterada sin autorización? En algunos casos, la información puede no ser confidencial, pero si es alterada —intencionalmente o accidentalmente— podría llevar a decisiones comerciales incorrectas o generar daños operacionales.
Un ejemplo de esto es cómo en industrias como la salud o las finanzas, la alteración de datos médicos o financieros podría causar consecuencias críticas.
- La necesidad de precisión en los datos: ¿Cuán importante es que la información sea precisa en todo momento? Algunos documentos –como informes financieros o contratos legales– requieren un alto grado de precisión, lo que los convierte en activos de alta prioridad en términos de integridad.
Aquellos activos cuya alteración podría generar un alto impacto financiero, operativo o legal son considerados Joyas de la Corona desde el punto de vista de la integridad.
4. Evaluar la disponibilidad de la Información
Finalmente, es importante evaluar la disponibilidad de los activos de información. Este criterio se refiere a la capacidad de acceder a la información en el momento y lugar en que se necesite, sin interrupciones.
Para evaluar la disponibilidad, debes considerar dos aspectos importantes. El primero es el impacto que tiene la disponibilidad de la información en la operativa de la empresa. De tratarse de un activo de relevancia crítica para la organización, al no estar disponible podría afectar la continuidad del negocio, incluso detener las operaciones.
Ejemplos de este tipo de información crítica son los sistemas de gestión de inventario, las bases de datos de clientes o sistemas de gestión de producción. Al tratarse de datos que permiten la operación del negocio, cuidar su disponibilidad es esencial para que este continúe marchando con normalidad.
Ahora bien, el segundo aspecto tiene que ver con la dependencia de terceros o sistemas: ¿Existen dependencias externas o vulnerabilidades en la infraestructura que podrían comprometer la disponibilidad de la información? Evaluar los riesgos asociados a la infraestructura tecnológica puede ayudar a identificar qué activos necesitan estar altamente disponibles.
Los activos que, si no están disponibles, pueden detener operaciones clave o comprometer la eficiencia de la empresa deben considerarse Joyas de la Corona desde el punto de vista de la disponibilidad.
5. Desarrollar una matriz de evaluación C-I-A
Una herramienta útil para implementar esta metodología es la creación de una matriz de evaluación C-I-A (Confidencialidad, Integridad, Disponibilidad). Esta matriz clasifica los activos de información según su nivel de criticidad en cada uno de los tres aspectos mencionados:
- Confidencialidad alta, integridad alta, disponibilidad alta: Estos son los activos más críticos y representan las verdaderas Joyas de la Corona de nuestra empresa. Deben recibir las medidas de seguridad más estrictas, como cifrado avanzado, control de acceso basado en roles y auditorías regulares.
- Confidencialidad baja, integridad Alta, disponibilidad media: Estos activos no necesariamente contienen información sensible, pero su alteración podría ser desastrosa para la empresa, como bases de datos de operaciones internas o sistemas de pago.
- Confidencialidad media, integridad baja, disponibilidad alta: La información aquí puede no ser extremadamente sensible ni requerir alta precisión, pero su disponibilidad constante es crítica, como registros de procesos de producción.
6. Implementación de controles de seguridad avanzados
Una vez identificadas nuestras Joyas de la Corona, es crucial aplicar medidas de seguridad avanzadas, incluyendo:
- Cifrado: Protege la confidencialidad y la integridad de los datos en tránsito y en reposo.
- Autenticación multifactorial (MFA): Asegura que solo los usuarios autorizados accedan a la información crítica.
- Control de acceso basado en roles (RBAC): Limita el acceso a la información según el rol y las necesidades del empleado.
- Planes de recuperación y respaldo: Asegura la alta disponibilidad de los datos críticos, minimizando el impacto de caídas o fallos de sistemas.
- Auditoría continua: Auditar los accesos con regularidad monitorea quiénes acceden y modifican el documento, permitiendo una visibilidad clara sobre su gestión.
Es claro que implementar una metodología que identifique las "Joyas de la Corona" de la información empresarial requiere un enfoque integral muy completo en el que se analizan diferentes aspectos. Por más de que suene como un proceso tedioso o largo, es realmente la mejor recomendación que pueden adoptar las organizaciones para proteger eficazmente sus activos más valiosos y garantizar así la continuidad de sus negocios al minimizar los posibles riesgos relacionados a la filtración o manipulación indebida de los datos.
A través de la debida gestión automatizada, esto no tiene por qué ser un proceso engorroso, sino que, al contrario, puede convertirse en una práctica prioritaria en la que las empresas pueden invertir para salvaguardar sus activos.